Ventanas que se abren solo una vez: cómo se forma la percepción en los primeros años de vida
- Patricia López-Herrero Naranjo
- 26 jul
- 4 Min. de lectura
¿Sabías que un bebé recién nacido ya puede reconocer el rostro de su madre? ¿Y que a los cinco años su cerebro ha desarrollado mecanismos de percepción facial similares a los de un adulto?
La neuropsicología infantil nos muestra que el desarrollo cerebral no ocurre de forma lineal ni automática. Existen momentos únicos —ventanas de oportunidad— en los que el entorno tiene un impacto decisivo. En este post te cuento cómo se desarrolla la percepción en los primeros años, por qué esos momentos son irrepetibles y cómo acompañar el crecimiento infantil desde el hogar o la escuela.
El cerebro no madura parejo: qué son los períodos críticos y sensibles
El desarrollo cerebral es progresivo y secuencial, pero no uniforme. Algunas funciones, como las visuales o auditivas, maduran en los primeros años de vida, mientras que otras —como el control de impulsos o la planificación— lo hacen más adelante.
En neuropsicología distinguimos dos momentos clave:

Período crítico: una ventana breve e irrepetible durante la cual el cerebro necesita ciertos estímulos para desarrollar una función. Si no los recibe, esa capacidad podría no desarrollarse adecuadamente.
Período sensible: un lapso más amplio en el que la experiencia sigue teniendo una gran influencia, aunque con menor intensidad.
Ambos están relacionados con la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del sistema nervioso para reorganizarse en función de la experiencia. Y los primeros seis años de vida son una etapa especialmente plástica.
👁️👂🏼✋🏼 La percepción: el primer lenguaje del cerebro

Incluso antes de nacer, el cerebro del bebé ya está percibiendo. A las 36 semanas de gestación, las redes auditivas y visuales están relativamente maduras. El feto de siete meses escucha, responde a sonidos y reconoce la voz materna.
Los tipos de percepción y cómo se desarrollan:
Visual: se afina rápidamente en el primer año; el reconocimiento de rostros, por ejemplo, alcanza un grado alto de madurez hacia los 5 años. Esto es clave para el desarrollo social y emocional.
Auditiva: comienza antes del nacimiento. Habilidades como la discriminación de tonos y la percepción del lenguaje se desarrollan gradualmente, alcanzando su madurez alrededor de los 10 años.
Táctil y kinestésica:
El sistema táctil comienza a desarrollarse desde la vida intrauterina, y al nacer ya está funcional. Es el primer sistema sensorial plenamente activo.
El sistema propioceptivo y vestibular (relacionado con el movimiento, equilibrio y conciencia corporal) también empieza a activarse en el útero, pero se desarrolla principalmente durante los primeros 2 a 5 años, siendo esencial para la exploración del entorno y la construcción del esquema corporal.
🧠 La percepción no ocurre por separado en cada sentido: el cerebro integra toda esta información para dar significado a la experiencia.

⚠️ ¿Qué pasa si no hay estimulación adecuada?
Aunque muchas habilidades básicas están "programadas" genéticamente, su desarrollo depende en gran medida del entorno.
Un bebé necesita moverse, mirar, escuchar y ser tocado para que su cerebro se conecte de manera saludable.
En contextos de privación (como entornos negligentes), se han observado retrasos motores, visuales y cognitivos.
Incluso habilidades como el reconocimiento de rostros o la discriminación espacial pueden verse afectadas por falta de experiencias visuales variadas.
Esto no significa que todo se pierda si no se estimula "a tiempo", pero sí que el impacto de las experiencias tempranas es más profundo y duradero.
🔍 ¿Qué señales pueden alertar sobre dificultades perceptivas?
Cuando estas señales se presentan de forma persistente, una evaluación neuropsicológica infantil puede identificar si hay dificultades perceptivas o madurativas que necesiten apoyo.
💡 ¿Qué podemos hacer? Estrategias simples desde el hogar
Los primeros años de vida son una etapa privilegiada de desarrollo perceptual y cerebral. Las experiencias vividas en esta etapa no solo moldean la forma en que el niño ve, escucha o se mueve, sino también como aprende, se comunica y relaciona con el mundo.
Desde la neuropsicología infantil, entendemos que detectar y acompañar a tiempo marca la diferencia. Cada niño tiene su ritmo, pero todos necesitan entornos que los inviten a mirar, tocar, explorar y, sobre todo, sentirse vistos y acompañados.
📣 ¿Quieres saber más sobre el desarrollo infantil?
En los próximos posts, voy a seguir abordando temas como el desarrollo del lenguaje, memoria y funciones ejecutivas desde la neuropsicología infantil.
Referencias
Paniagua Gonzales, María Nela Rosario. (2016). Marcadores del desarrollo infantil, enfoque Neuropsicopedagógico. Fides et Ratio - Revista de Difusión cultural y científica de la Universidad La Salle en Bolivia, 12(12), 81-99.
Papalia, D. E., Feldman, R. D., & Martorell, G. (2013). Desarrollo humano (12ª ed.). McGraw-Hill Education.
Rosselli, M., Matute, E., & Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil. Manual Moderno.

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